Custodiar, no sólo engendrar

Esta foto nos la tomó Pep Borrell

El pasado sábado nos reunimos treinta varones (papás) en Alta Vista en una convivencia llamada Papá a Todo dar. No es el primero que se organiza. Yo he asistido al del 2024 y 2023. Tengo entendido que empezó en 2019.

Esta es mi cosecha después de filtrar mis apuntes. Creo que debería desempolvar mis apuntes de años pasados. Mientras tanto aqui va:

Lo que construye (o desarrolla) el carácter es la filiación divina. No sólo es un buen colegio, buenos maestros, excelentes extra-curriculares y un buen capital económico. La huella de la filiación divina tiene forma de capital intangible.

Mas que piadosos, debemos buscar que nuestros hijos se sientan hijos de Dios. Que sepan que Dios les quiere, y que yo por mi lado ando feliz buscandole. Ese amor es lo que nos hace decidir bien. No se trata de colar hasta el mas mínimo detalle con perfeccionismo. Se trata de un cariño probado con hechos.

Hay que saber escuchar — poker face para algunas veces. Guardar el sigilo. Esforzarse por el conseguir el diálogo de calidad.

Que no te robe lo importante lo que tu crees urgente. El patrimonio familiar intangible es educar en abundancia de tiempo y escacéz de bienes. Al fin de cuentas, como dice Ludwing von Mises, la escacéz es natural e inevitable. El rico emprobrece y pasa hambre. Quien busca al Señor nada le falta.

Decía don Jose Javier en la meditación del domingo (que me hubiera encantado grabar pero me levanté tarde) que la pobreza es muy importante, junto a la desnudez, es algo que nunca lograremos quitarnos. Así venimos, así nos vamos. Y que tenemos que hacer una auditoría en nuestro hogar –hacer un examen de conciencia para ver si tenemos a Herodes en casa; a veces logramos ser proveedor pero ¿A qué costo de oportunidad? No sirve conseguir el snack mas fino y saludable de PriceSmart si entorpecemos su disposición de tomar el Pan de Vida el domingo. Y que a veces no llegamos ni a Herodes porque en nuestra ignorancia y pereza ya no somos custodios sino los bueyes en el Belén. Herodes al menos pensaba (orientado al mal, pero pensaba) pero a veces uno de papá ni siquiera piensa como manejar el tema del smartphone o el entretenimiento digital.

Como dijo Pep Borrel respecto a la esposa: ¿Le he querido? ¿Lo ha notado? Como dice Alvaro del Portillo: Perdon. Gracias. Ayúdame mas.

En las dificultades todo es bello porque el alma agradecida hasta en lo malo halla gozo. Hay que ponerse en situación de enamorarse de la esposa. Feliz el que se casa, pero mas feliz el que ama con la que se casó, parafraseando a Chesterton.

No puedo dejar por fuera lo que nos mostró Pablo Fletcher. Pero para eso tengo su libro el cual llevo 36% leído.

Fotos:

Caminito por donde muchos pasamos conversando con el Sacerdote

Ese andar acompañado, silenciosamente, de san José. No lo había notado hasta que don JJ me lo señaló.
En este sitio rezó san Jose María. Queda pendiente subir ese camino.
Pep Borrell en su magnífica charla sobre afectividad, razón y amor.
Tuvimos un foro donde conversamos con varios papás entre ellos: Hugo Gonzalez, Juan Pablo Zaldaña, Roberto Pinillos y el experto Pablo Fletcher. Yo la hice de moderador. Foto cortesía de Alkalá Sánchez.
Pablo Fletcher Sotomayor vino desde Mexico y aquí está entregando un buen tema
Aquí fue la meditación con don Jose Javier. Nunca olvidaré la metáfora entre Herodes, el buey y yo.
Un arco iris en la tarde del sábado. El arco iris es prenda de alianza en la Sagrada Escritura.
Los que quisimos rezamos el Rosario el Sabado por la tarde. Algunos caminan mientras pronuncian el saludo angelico. Foto compartida en el grupo de WhatsApp — la robé.

La lectura en voz alta es el tollere liberum moderno

Hoy tengo 40 años. Recuerdo que cuando tenía 25 estaba en una reunión y un amigo, bromeando exuberantemente con otro amigo, dijo: “padre no es el que engendra, sino el que cria”. Pasaron las carcajadas pero la frase se me quedó gravada porque yo ya había decidido casarme y tener hijos cuanto antes con Majo.

Como dice Eduardo Halfon al ver a su hijo por primera vez:

lo miré como si estuviese mirando al hijo de alguien más. Un hijo cualquiera.

Para un hombre el “ser papá” es una teoría. Ese bebé nunca ha estado dentro de nuestro cuerpo. Es un extraño mas en el planeta. No es hasta que uno decide hacer un esfuerzo de voluntad y reconocimiento que uno comienza a ser un padre.

Los hombres que queremos convertirnos en padres tendremos que hacer a nivel simbólico una adopción. Un rito iniciático. Lo dice James Joyce: “el sentimiento de paternidad es un misterio para el hombre”. Para algunos esto es un peso existencial. Para otros es una invitación a gozar la incertidumbre. Para mi, ambos.

El tollere liberum 1sigue vivo. Solo que, en mi opinión, ya no es alzarlo al cielo. Ahora es leerle en voz alta. En la epoca hipermoderna hay muchos ritos iniciáticos que podemos (y deberíamos) hacer a solas con cada hijo: Acampar. Viajar. Construir algo. Cortar grama. Hacer largas caminatas. Pero el rito mas importante, y por excelencia tollere liberum es la lectura. Y la lectura en voz alta.

Tu trabajo de papá es ser el mediador entre el libro y la imaginación de tu vástago. No es sólo de hacerlos asiduos lectores. Hay que enseñarles a vivir y la lectura es un atajo. hay que convertirse en el “broker” entre libro y la atención del hijo promoviendo prácticas gozosas y divertidas alrededor de los libros, utilizando estrategias que amplían la imaginación y la creatividad.

Para los que tenemos hijos de la generación “Alpha” (nacidos entre 2010-2024) el entretenimiento digital no es nuestro enemigo. Es nuestro rival. Incluso podemos apalancarnos de YouTube, OpenAI y TikTok para estimular la herencia verbal.

La lectura es importantísima. Pero siempre será aburrida para el hijo, a menos que nosotros, de padre, nos compliquemos la vida y nos metamos a leerles en voz alta.

Si la educación es el diálogo entre generaciones, es elemental priorizar la lectura en voz alta de parte del papá. La lectura provocará preguntas poderosas y habrá diálogo que seguirá surgiendo en el tiempo.

Nota: Inspirado por la conferencia de Fanuel Hanán Diaz en FILGUA 2025, el 1 de Julio en su conferencia “Trucos Mágicos para formar lectores”.

  1. Es un rito simbólico donde el ciudadano romano alzaba en sus brazos hacia el cielo al hijo y por el cual quedaba patente que el hijo era aceptado por el padre (incluso los biólogicos). Era un acto de soberanía doméstica absoluta ↩︎