Cobra Kai. La exitosa serie de Netflix. La historia es tan buena que hasta el ocupadísimo Elon Musk hizo maratón de este show junto a su hermano Kimball en 2021.
En Cobra Kai de un lado está Daniel Larusso. Del otro, Johnny Lawrence. Es interesante que en esta historia, tanto Daniel como Johnny, son dos adultos que crecieron bajo la influencia de la figura paterna no biológica. Siendo ambos huérfanos de padre vivo, llegan a afianzar su carácter en sus respectivas referencias existenciales: El señor Miyagi y John Kreese, respectivamente.
Otra pelicula sobre la figura paterna: A Bronx Tale. Dirigida por Robert DeNiro. Esta narra la historia (de la vida real) de Calogero, un niño de 9 años, hijo de un piloto de autobus (DeNiro) que admira a un gánster llamado Sonny (Palminteri). El chico crece bajo el consejo de ambas figuras adultas. En la vida real ese muchacho es el mismo actor Chazz Palminteri. La narrativa muestra como ambas figuras paternas llegan a heredar un discurso oral en el muchacho y forman su carácter.
Los hermanos Musk, Daniel Larusso, Johnny Lawrence, Chazz Palminteri, Robert DeNiro. Todos andamos buscando a nuestro papá.
Lo que no nos han dicho claramente es que el papá que tuvimos en la infancia ha sido la primera metáfora que la vida nos ha dado respecto al máximo bien superior, un ser que no permite el mal, sino mas bien saca cosas buenas hasta del mismo mal; alguien tan único que es absolutamente independiente. Bueno, bello y verdadero. La razón puede decirnos cosa de Dios para comenzar, pero no lo suficiente para terminar.
Ese vacío, sin orientación, puede convertir en necio hasta al más inteligente.
Cuanto más amas a una persona (humana o divina), más deseas conocerla (o a Él) mejor, y más lo haces. Y esto siempre causa una profunda alegría. Esa experiencia, nuestra especie, la tiene con nuestro papá en la primera infancia. El 60% de adultos ha crecido huerfano de padre vivo y esta carencia es la herida primaria en la biografía que usualmente muestra endurecida en el corazón. Dice María Calvo que es mejor crecer sabiendo que el padre ha muerto porque de lo contrario hay un rechazo silencioso que resuena en el corazón propio.
El ser humano es un ser finito, pero infinitamente insatisfecho porque se siente atraído por lo eterno.
El, nuestro Padre, es como la luz. Se hace invisible pero hace todas las cosas visibles. Y haya estado o no al principio de la biografía, lo buscaremos hasta en el entretenimiento. Y si recordamos que en verdad estuvo, da un gozo enorme emprender la búsqueda de su version escecial escrita en la naturaleza y la Sagrada Escritura.
Referencias:
- Practical Theology – Peter Kreeft
- Hijos Frágiles de un Dios vulnerable – Jose Fernandez Castiella
- Paternidad Robada – Maria Calvo
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