En Europa no hay dilema del prisionero porque nadie puede ganar más con cooperar. Existe incentivo perverso para no cooperar al devaluar la moneda. Lo único que mantiene en pie a la UE es que existen externalidades negativas de no cooperar. Esta crisis se resolverá hasta que se alineen los incentivos y que los tenedores de bonos sientan la pérdida por comprometerse con dichos instrumentos.