Como dice Maria Calvo, todos los padres son, sin saberlo, el objeto de una obsesión irresistible en el hijo que menudo dura toda la vida.

Estamos terminando septiembre, mi papá murió ya hace mas de 40 dias y me he puesto a organizar las 159 fotos que he logrado recolectar. Algunas ya las tenía desde que me casé, y otra parte, las acabo de traer de la casa de mi mamá.

De las cinco categorías que organicé, este post es para las que dicen “sólo yo”. Tengo 50 fotos en las que estoy en la Primira Infancia (de cero a seis años). De la segunda infancia (7-11) sólo hay 4. Y de la adolescencia, hay sólo dos. De la primera infancia, mi papá, al menos, sacó ocho fotos por año donde solamente salgo yo. O sea, no sólo me prestaba mirada, también quiso comprobarlo. Este es un privilegio que hasta puede caerle mal al envidoso. También lo puedo usar como baño de tristeza para lamentar la pérdida —para eso corrijo el dialogo interno con la ayuda del Arquitecto Bosco:

Hace una semana, celebrando el cumple de Jose Gabriel, mi mamá me pidió encargar una intención para la Misa del sabado por los 40 días. Una vez hecha la gestión, me quedó la pregunta ¿Por qué 40 dias, como se lo explico a mis hijos?
Le pedí a Grok —la AI financiada por Elon Musk- que me hiciera un reporte teológico de la Comunión de los Santos en la Iglesia Católica. Yo tengo una idea muy escencial, pero muy mal articulada.
Además, Zucely C (amiga de la familia) nos hacía saber la importancia de las almas de nuestos parientes muertos a la hora del ofertorio durante la Eucaristía. Gracias Zucely.
Lo siguiente lo he revisado y curado en base a mis notas de Antropología Teologica, Sacramentos y la Historia de la Iglesia — todas cursadas con teólogos de la Universidad Mesoamericana entre 2010 y 2012.
Dámelo Grok:
La doctrina de la comunión de los santos es un elemento central de la teología católica, articulada en el Credo de los Apóstoles como parte de la profesión de fe en «la santa Iglesia católica, la comunión de los santos». Esta frase, que ha formado parte del Credo desde al menos el siglo IV, enfatiza la unidad espiritual de todos los miembros de la Iglesia, vivos y difuntos, en Cristo. Sirve como una extensión de la comprensión de la Iglesia misma, describiéndola como la asamblea de todos los santos.Fundamentos Bíblicos: La base teológica de la comunión de los santos se arraiga en la descripción que el Nuevo Testamento hace de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, donde todos los creyentes están interconectados. Entre los pasajes clave se encuentra 1 Corintios 12,12-27, que describe a los cristianos como miembros de un solo cuerpo, compartiendo las alegrías y los sufrimientos de los demás. Romanos 12,4-5 y Efesios 4,4-6 resaltan aún más esta unidad en un solo cuerpo, un solo Espíritu y una sola fe. Hebreos 12,1 se refiere a una “gran nube de testigos” que rodea a los fieles, lo que sugiere una conexión continua con quienes los precedieron. Además, Apocalipsis 5,8 y 8,3-4 representan a los santos en el cielo ofreciendo oraciones (simbolizadas como incienso) por los que están en la tierra, lo que subraya su función intercesora. Estos textos sientan las bases para la idea de que la muerte no rompe los lazos de caridad y fe entre los cristianos.
Desarrollo histórico: El concepto surgió en los primeros escritos cristianos y se formalizó en el Credo de los Apóstoles. Padres de la Iglesia primitiva, como San Ignacio de Antioquía (c. 107 d. C.) y San Clemente de Roma, enfatizaron la unidad de la Iglesia a través del tiempo y el espacio. Para el siglo IV, la frase «comunión de los santos» apareció en las fórmulas de los credos, posiblemente como respuesta a las herejías o para afirmar la veneración de los mártires. Durante la Edad Media, teólogos como Santo Tomás de Aquino la desarrollaron aún más, integrándola en la teología sistemática, considerándola como una participación en los bienes espirituales a través de Cristo como cabeza del Cuerpo Místico. 4 La doctrina se reafirmó en concilios como el de Trento (1545-1563), que defendió la invocación de los santos y las oraciones por los difuntos frente a las críticas protestantes.
Explicaciones teológicas clave del Catecismo: El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) ofrece una exposición detallada en los párrafos 946-962, dividiendo la doctrina en dos significados principales: comunión en las cosas santas (sancta) y entre las personas santas (sancti).Comunión en los bienes espirituales (CIC 949-953): Se refiere a los tesoros compartidos de la Iglesia. Incluye la comunión en la fe, derivada de los apóstoles y enriquecida al compartir; la comunión en los sacramentos, especialmente el Bautismo (que inicia la entrada en la Iglesia) y la Eucaristía (que une plenamente a los creyentes con Dios y entre sí); la comunión en los carismas, donde el Espíritu Santo distribuye dones para el bien común (1 Cor 12:7); la comunión en las posesiones, que evoca Hechos 4:32, donde los primeros cristianos tenían todo en común; y la comunión en la caridad, donde los actos de amor benefician a todos, mientras que los pecados dañan a todo el cuerpo (1 Cor 12:26; Romanos 14:7). 25 33
La Iglesia existe en tres estados, a menudo llamados la Iglesia Militante (peregrinos en la tierra que luchan contra el pecado), la Iglesia Penitente (almas en el Purgatorio en proceso de purificación) y la Iglesia Triunfante (santos en el cielo que contemplan a Dios). Todos comparten la misma caridad y alabanza a Dios, unidos a pesar de sus diferentes condiciones (cf. Mt 25,31; 1 Cor 15,26-27). 1 30 Esta unidad permite la intercesión: los santos en el cielo oran por los que están en la tierra y en el Purgatorio (Ap 5,8), mientras que los vivos ofrecen oraciones e indulgencias por los difuntos (2 Mac 12,45; CIC 1471-1479). El Catecismo resume: “Creemos en la comunión de todos los fieles de Cristo, los peregrinos en la tierra, los difuntos en proceso de purificación y los bienaventurados en el cielo, formando todos juntos una sola Iglesia; y creemos que en esta comunión, el amor misericordioso de Dios y de sus santos está siempre atento a nuestras oraciones” (CIC 962, citando al Papa Pablo VI).
Esta doctrina sustenta prácticas católicas como la oración a los santos para que intercedan, ya que se les considera vivos en Cristo y capaces de interceder ante Dios (p. ej., Tob 12,12; Ap 8,4). También respalda la creencia en el Purgatorio y la eficacia de las misas por los difuntos. A diferencia de algunas interpretaciones protestantes, que la limitan a la comunión entre creyentes vivos o a la unión únicamente con Cristo, la teología católica abraza un vínculo familiar dinámico que se extiende más allá de la muerte. Las enseñanzas papales modernas, como las del papa Francisco, la refuerzan como fuente de aliento, señalando que los santos «contemplan a Dios, lo alaban» y permanecen en comunión con la Iglesia en la tierra.
Si me siento abandonado, es porque quiero. Es una trampa que se desliza sutilmente por los afectos. El sentido divino de que se te muera un papá como el mío es la transición de pasar de hijo de Roderico a Hijo de Dios. Algo así como cuando mis hijos pasaron de Preparatoria a Primero Primaria — Transition se llama ese grado en Charcas. Como Jesús enterró a san José antes de comenzar su vida pública, asi yo me despedí de Lico solo para ir a re-encontralo en la Misa, despues de la homilía y antes de la consagración. Mi verdadero padre siempre estuvo en lo secreto. Por 40 años conspiró con una versión imperfecta pero visible en el alma encarnada de Roderico. Pero ahora lo conexión ha pasado, algo asi como de usar un microfono a usar un StarLink. Parece invisible, pero si lo aprovecho bien, puedo lograr mejores resultados.